miércoles, 9 de noviembre de 2011

Dónde...




El tiempo es lo único constante en ESTE mundo. Saltó mientras su dueña se debatía entre éste y el mundo de los sueños, el niño de ojos ambarados brincaba y se asomaba juguetón tras la esquina del pasillo. Permaneció quieto, estático, inamovible hasta que algo invisible le obligó a adentrarse en la fría y desordenada habitación para posteriormente dejar constancia de su presencia en las botas nuevas que Blue había comprado un par de días atrás.

A los cinco minutos se aburrió y se esfumó tras la esquina. Lo de todas las noches. Blue sonreía al volver a vivir ese momento después de hacía meses. Se levantó junto con todas sus agujetas y crujidos de huesos varios, parecía que la leche de soja extracalcio de Zùrie no tenía efectos instantáneos después de todo, y se dirigió al baño.

"TSK!¡quieta parada!"

Hasta Aloph se asustó al ver el rostro de Blue reflejado en el espejo...

"¡¿Pero qué?!"

Sí, estaba tan perfecta como siempre, pero solo Blue era capaz de exagerar algo hasta el punto más alienable.

"Parezco un puto buho ¡¿has visto estas ojeras?!"

Aloph se limitaba a mirar desde la puerta ya acomodado sobre el viejo equipaje que tomaba todas las noches como cama. Blue comenzó entonces a desnudarse gozando de cada reflejo que el espejo devolvía de su figura.

"¿¡Y esta marca!?"

- Tsérof, que es un bruto -Zùrie se cruzó como si la persiguiese la máquina de los cazafantasmas- si no le pusieras tan burro no pasarían estas cosas.

- Tú calla que seguro que fuiste tú con tu cara de niña buena...¡JÁ! me rio yo de esa cara.

De pronto la palidísima tez de Zùrie se tornó roja. Era absurdo discutir sobre asuntos de un cuerpo que ni siquiera les pertenecía como tal y que solo regentaban a modo okupa para pasear por este mundo. Ambas lo sabían, aún así, sabían sacarle partido.

- ¿Sabes cómo podrías quitar estas ojeras?- soltó Zùrie inocentona.

Obviamente, Blue tenía preparada ya su sonrisa picarona y su perverso colmillo asomando tras su labio superior.

- Pues una de dos, sobar o más marcas...
- Creo que me quedo con sobar un poco más asi que buenas noches, Blue.

Al cabo de unos minutos, sin quererlo ni beberlo, ante el espejo se reflejaba el cuerpo de una mujer, joven, pero mujer, expulsando hormonas y sudor por todos y cada uno de sus poros.

-¡Blue! - gritó Zùrie aún más roja que antes si cabía.
-¡Zùrie!

El cuarto de baño quedó intransitable al cabo de un rato. Aloph observaba a la nada con cara de gato y ajeno a todo. El ya agotado cuerpo descansaba en una postura un tanto ostopédica sobre la cama. Zùrie no paraba de reprocharle a Blue que cualquier día les iba a dejar sin casa, Blue, sin embargo, ya no escuchaba. Su mente se perdía entre el mundo de los sueños y otro mucho más lejano...y su rostro se volvió, como pocas veces, serio y frágil. Pensó en alto:

"Tsérof, dónde estás..."

Aloph emitió el último gemido de aquella noche.

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