sábado, 11 de septiembre de 2010

Cuentos de Tavern III


6:00. El sol iluminaba el único camino que permitía la entrada a la plaza principal del pueblecito y entraba a regañadientes por la ventana creando infinidad de sombras rojizas que se proyectaban en la cara de Sirlú. Parecía que le habían estampado un tomate en la cara o que estaba teniendo sueños bastante agradables...se oyó un bocinado desde la calle.

El hombrecillo del día anterior acababa de aparcar una especie de vehículo extraño frente a la puerta de la tabernay asomaba medio cuerpo por la ventanilla.

- ¡¡¡ERRRRRIIIIIIC!!!

Sirlú casi rozó el techo del brinco que dió sobre la cama pero por suerte una estantería metálica frenó su cabeza antes de llegar. Se apróximo a rastras como pudo hacia la ventana.

- ¡¡¡QUE AQUÍ NO HAY NINGÚN ERIC OSTIE!!! VÁYASE A MOLESTAR A OTR...¿qué demonios es ese trasto? - dijo refiriéndose al vehículo.

- ¡¡¡ES MI BUEN AMIGO L.E.D. 478, VERSIÓN EN REVISIÓN NÚMERO 6!!!

- Ahm ¿y qué hace exáctamente?

- ¿¡¿ QUÉ?!?

Sirlú le hizo un gesto haciendo referencia al sombrero gigante. No era el típico sombrero que se podría esperar de un cazarecompensas como aquel, era más bien un sombrero que se pondría cualquier bruja chiflada para decir ¡patacabrón! y seguidamente hacer aparecer, o bien una pata de cabra con posible utilización culinaria, o bien un hijo de puta más en el mundo.

- Entra que creo que huelo a tostadas...

- Yo creo que Alopher ha vuelto a quemar la cocina intentando hacer "magia".

¡¡¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!!!

La taberna voló...lejos.

Ahora Sirlú parecía más bien uno de los curritos que salían en la etiqueta de cocacao y aquel hombrecillo había desaparecido. Alopher permanecía inmóvil con una expresión la mar de expresiva, con un delantal naranja y rosa y sosteniendo en una mano los restos de un libro y en la otra un cazo enorme...el mango de un cazo enorme.

- Peroooooooooo...

- ¡YO NO HE SIDO! ¡YO NO HE SIDOOOOOOLOLOLOL!

- ... ... ...

- ¿¡¡Qué has hecho?!!

- ¡YO NO HE HECHO NADA! ¡NO HE HECHO NADALALALALALAL!

El jovencito estaba al borde de un ataque.

- Bueno, bueno tranquilízate...¡qué ostias! ¡ahora van a saber dónde estoy! ¡maldito crio! ¿y dónde se ha metido el canijo?

- ... ... ...

- Creo que...¿qué vamos a hacer ahora con la recompensa? no sabemos ni lo que tenemos que hacer, ni dónde...

- Buah, lo típico chico, rescatar a la princesa de turno que está encerrada en un castillo con un foso lleno de lava hirviendo y un dragón custodiándolo y devolverla a su reino...¡casi seguro! parece que naciste ayer.

- De hecho...ayer fue mi cump...

- Le tomé prestado anoche, cuando colgué su capa en el perchero, un pergamino que llevaba bien guardadito, era un mapa de Aina.

- Lo guardaría por algo ¿no crees?

- ¿Porque es un tío raro? lo que sé por mis extensos estudios avalados por años y años de completa indiferencia, Aina es solo producto de la maravillosa mente ensoñadora de algún monje chiflado. ¿Acaso no lees nada?

- Soy más de jugar a las tabas.

-Pues vaya.

- El caso ¡eso es robar! y encima ¡para nada!

- To-Maaá-r pRes-táaa-dd-òoo - dijo haciendo gala de su nuevo y revolucionario lenguaje que algún día se hablaría en todo la tierra y el aire, y el mar, y quien sabe quizás en la estratosfera, pero eso ya era demasiado pedir.

-..carái...su sombrero...y...buf...cuando vuelva mi padre se va a armar pero bien...-dijo el jóven lloriqueando.

- Se lo guardaré un ratito y tranquilo, te guardo también el secreto...¡mira!

- Peee... - Alopher giró la cabeza bruscamente.

- ......................................................AAAAADDDDiiioooos............

- ¡EH! ¡ESPERA! ¡VOY CONTIGO!

- ¡Solo si consigues alcanzarme enano!

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