martes, 2 de marzo de 2010

Landa ò Zuriée


Voy a presentaros a cierto ente, organismo, ser, como queráis llamarlo, a excepción de persona, pues carece de alma...ahora que tengo aquí su ficha...(¡bendito el día que me puse a organizar los archivos!), aunque por lo que decían, tenía un alma tan grande que se salía de su propio contenedor y podía verse resplandecer entre las sombras de las callejuelas en las noches de conxuros. Tanta esencia y tan poco cuerpo, tanta alma y tan vacía...así era ella, la que guardaba las noches por mi, la que no temía al fuego, ella era el fuego, no temía al mar, ella movía las olas, y mucho menos temía a los inútiles de Gera, ese planeta minúsculo de ahí abajo en el que aún me pregunto cómo puede caber tanto engendro descabezado e inservible. Land(á)rzury de Irulea, Zurie...tántos nombres tuvo para venir a significar lo mismo.

Siempre aparecía en el momento preciso, cuando algo estaba a punto de ocurrir o cuando nada ocurría, nada...nada sería un buen calificativo para sus ojos, tristes ópalos apagados que derretían el metal más duro hasta ahora conocido con tan solo una mirada. Los ojos son el espejo del alma solía decirme y los suyos me provocaban tremendos escalofríos cuando los contemplaba en el espejo o en los charcos los días de lluvia, ¡ella hacía llover! ¡ella hacía gritar de placer a las inexpertas hojitas florecientes de los altos árboles! ¡hacía que las aguas se apartasen de su lado por miedo a electrocutarse con su piel! ¡hacía añicos con sus propias manos el corazón de quien osase dirigirle la palabra! ella no hablaba...susurraba al viento...a través de Kelpie. No recuerdo bien como llegó a nuestras manos, solo se que había pasado por tantas...había sido acariciada tantas veces que en ocasiones rechinaba al no presionarla bien, a pesar de todo, sus llavecitas oxidadas seguía duras como el primer día y emitían un sonido más eterno y místico que la luz que desprendía el celeste en noches oscuras como la de hoy...hará unos tres años...

- Hace unos tres años estabas dormitando frente a la pantalla de un ordenador más viejo que yo en un ciber dejado de la mano de dios a las cinco y pico de la tarde, a casi 40 grados a la sombra, escuchando la misma canción una y otra vez, y yo en la ventana mirando, como ahora...

-¡La madre que te parió!

-La misma que la tuya.

-Joder no vuelvas a hacer eso, maldita niñata...

-Perdón no era mi intención...-se reía por lo bajito.

-No importa...precisamente estaba ordenando esto y...

-Si, lo sé, trae - le quita la ficha, su ficha.

-¿Qué demonios vas a hacer? ¿¡eh!? ¡Zurie!

-Lo que debí haber hecho hace tiempo - prendió la ficha que en segundos se desisntegró dejando una mota de ceniza sobre su larga falda que, a continuación sacudió sin inmutarse.

- Pero...pero...¿se puede saber a qué has venido?

-¿No es obvio?- y se aproximó lentamente a ella-he venido a por lo que es mio, he venido a borrar todo lo que he sido para volver a ser, he venido...

Mientras pasaba su mano por el frío rostro de Ayle, ésta se ruborizaba, su mano iba bajando...

- Yo...Zurie no...para...no...no sigas...

-Déjame...déjame entrar de nuevo, déjame formar parte como antes...sé que quieres, vamos, sé que quieres hacer gritar a los árboles, sé que quieres correr por los callejones y quedarte dormirda junto a los gatos de Ulhuhar bajo una manta seca de hojas, sé que quieres volver a hacer el amor con la luna todas las noches y jugar con el sol al amanecer, sé que quieres volver a oir aquella melodía...

-...yo...para...no...nnn...ah...

- Está bien, me quedaré contigo esta noche y mañana me darás una respuesta ¿te parece?

-...pero...

-Shhhh...ya lo he decidido yo, ahora solo escucha - comenzó a tocar a Kelpie -quieras o no, he vuelto a casa deberías alegrarte ¡maldita sea! me dejarás...si o si...

-...pero yo...

Sin querer volvía a sentir aquello al escuchar de nuevo esa flauta que escuchaba a diario, zumbándome en las sienes, pero no tocada por quien lo hizo en su día y hoy volvía a hacerlo...sin querer me quedé dormida...y...quien sabe lo que haría la pequeña endiablada mientras yo navegaba por los mares de Morfeo...no volví a verla, ni siquiera se despidió...solo sé que ahora oigo esa maldita música como el primer día y que la luna está llamándome desde la ventana.


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