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lunes, 25 de julio de 2011

Tsérof


Un hombre que no supo llorar, sauces llorones, para el caso es lo mismo.

"...cuentan que todas las noches de luna llena él se alimentaba a través de sus raices de las lágrimas de su amada, y que tras muchos, muchos años ésta sirvió de alimento para su inmortal corazón de madera...pasados muchos años, ante la mirada inmortal de su savia, cuando las sustancias putrefactas de Alexandría llegaron a sus entrañas...lleno de ira por su condición, una noche...antes de transformarse, se prendió fuego así mismo liberándose misteriosamente del fatídico hechizo...

Sin embargo, de su corazón astillado aún siguen brotando espinadas rosas que se retuercen sobre sí mismas y que le matienen vivo, alimentandose de ira y odio, esperando que alguien las arranque de raíz...buscando a aquel que destrozó su alma y su corazón, aquel que lo mantuvo tan alejado y a la vez tan cerca de lo único que pudo amar en vida...
Desde entonces su sed de venganza se alimenta de los grabados de su piel ahora reblandecida, un poema que grabó en su tronco tras el instante de la muerte de Alexandría como símbolo de su amor eterno:

"He tenido muchas formas antes de adoptar esta indeseable.
He sido una espada, de forma estrecha;
Creo, porque es aparente, que
he sido una lágrima en el cielo,
he sido una titilante estrella,
he sido una palabra en una carta,
he sido en mis orígenes un libro,
he sido un rayo de luz reluciente.
Un año y medio,
he sido un estable puente
sobre los flujos de la compasión,
he sido un atajo, he sido un águila,
he sido una canoa de mimbre y cuero,
he sido de un callado la dirección,
he sido una chimenea en un recinto abierto,
he sido una espada en una grieta flexible,
he sido un escudo en un conflicto abierto,
he sido una cuerda en un arpa.
Forma cambiante nueve años,
en agua, en espuma,
ahora seré consumido por el fuego...
he sido pasión en la espesura.
Fui amor al conocer tu alma pura,
he sido Dios en las pupilas de tu corazón,
y juro volver a verte,juro vengar tu muerte...
Oh, amor, yo te juro, Alexandría.


...por ello, a todos aquellos que osen internarse en los bosques de las profundas colinas de Ulhä solo les advierto 2 palabras si se encuentran frente al que llaman putrefactor de corazones...al alma en pena de Tsérofel..."

RUN AWAY

martes, 14 de junio de 2011

Welcome to ¿Ayleszury?

Lejos queda en estos instantes su pálido y mortal rostro... y demasiado remotas las nieves de su pecho letal como para que mis ojos puedan contemplarlos...

Pero hay veces en que me llega su susurro, como un helado viento de ultratumba, debilitado después de atravesar los golfos que separan a los mundos, y que ha surgido sobre los últimos horizontes de desiertos rodeados de hielo. Y me habla en un idioma que nunca he oído, pero que siempre he conocido; y me habla de cosas mortales y de cosas maravillosas, fuera del alcance de los deseos estáticos del amor.


Su relato no es sobre algo bueno o malo, ni sobre nada que pueda ser deseado o concebido o pensado por las termitas de la tierra; y el aire que respira, y la tierra por donde anda errante, estallarían como el frío cortante del espacio sideral; y sus ojos cegarían la visión de los hombres como si fueran el sol; y su beso, al alcanzarse, se retorcería acuchillando como el beso del relámpago.

Pero al oír su susurro lejano, me imagino una visión de vastas auroras, sobre continentes más grandes que el mundo, y mares demasiado extensos para las quillas de las empresas humanas.
Y a veces balbuceo los lazos extraños que nos trae, si bien nadie los recibirá con agrado, y nadie creerá en ellos, o los escuchará. Y en algún amanecer de los años desesperados, me adelantaré y seguiré hasta donde me llama, para buscar el beatífico nado de sus distancias nevadas, para perecer entre sus inescrutables horizontes...


Tras aterrizar de nuevo en el mundo frío y tactible de su cama, se levantó, cogió su chaqueta sustenta en la esquina de la puerta de la lúgubre sala, cuatro rugosas paredes tan solo iluminadas por la llama de una velita estratégicamente colocada sobre la mesa dejándo ver asi las fantásticas formas dejadas por el humo de una barrita de incienso casi consumida, y salió al tejadillo del edificio.


Allí estaban, Maren, Lurie y Kone, las tres lunas que iluminaban los callejones de la húmeda ¿Ayleszury?, ciudad de calles tintadas de rojo y turquesa, de estructuras metálicas lindadas entre si sobre las que se alzaba la mirada del silencio, solo más alla de los extensos ventanales del edificio Z se podrían vislumbrar las inmensas colinas púrpuras de Ulhä...los extensos campos de camomilas dónde tantas veces se tumbaba dejando vagar a su mente durante unas décimas de segundo para pasado ese tiempo el olor a madera quemada la hiciese volver...
Su mirada se iluminó con el azul intenso de Zùrie....

- Es hora de pasar a la acción.

martes, 17 de agosto de 2010

The way (Part 1)


Un camino angosto y húmedo, absolutamente alejado a todo aquello que se conoce como Ire Nesrum o fin nuestro, se enfrentaba ante sus ojos, desafiante, inpenetrable...pero sus ganas de volver a toda costa y para no volver, aunque fuese por el camino peor marcado, superaban cualquier pensamiento de marcha atrás.


La pequeña abertura situada más allá de la localidad o “locuridad” de Downtown, en los ya invisitables acantilados de Arsiense, se tornaba grandiosa ante sus ojos. Había esperado mucho ese momento, había removido tierra, agua y cielo, el de aquí y el de donde ya sabéis. Aydan lo conocía muy bien, se pasaba días, años, milenios sentado en su sillón celeste tocandose las...narices mientras observaba los increíbles procesos que se sucedían en su pequeño terrario.


En efecto, allí estaba dispuesta a comenzar su viaje de vuelta a casa. Sabía que no iba para quedarse, pensaba que jamás iría para quedarse pero le reconfortaba enormemente que le permitiesen beber H2O pura, repirar aire libre de gases tóxicos y montarse unas juergas con sus amigos de siempre un par de veces al año. Solo que esta vez iba por su cuenta, por el camino que sin duda conducía a Ulhä pero sobre el que trataban milenarias leyendas y escritos sobre su difurcación hacia la tierra prometida, Aina, desaparecida bajo las cenizas provocadas por el egoísmo de unos pocos, algunos de ellos ya ejecutados, otros desaparecidos cuyas cabezas serían expuestas cómodamente en la plazoleta del templo de la ciudad algún día.



Ayle sacó un mapa de la mochila, Tsérof tomó el control y lo tiró al acantilado.


  • ¡¿Se puede saber qué coño haces?!

  • No iba a servir de mucho, lo divertido de este camino es que para llegar no tienes que intentar llegar a ninguna parte.


Se adentró en la mohosa cueva. Olía más a podrido y rancio que aquella pequeña taberna de cierta pequeña aldea que seguro podéis recordar sin problema. Por el suelo corrían hileras de agua que se precipitaban al vacío hacia la luz de la entrada, fue entonces cuando se alegró de haber tomado prestadas las roñosas botas de lluvia de aquel comerciante semiebrio. Se adentró sin temor alguno, aquello le resultaba tan familiar y acojedor que podría haberse acurrucado en cualquier rincón y quedarse dormida. Mucho mejor que en su cama habitual desde luego.


Según iba avanzando el ambiente se notaba más cargado. Gotitas que caían de las estalactitas colocadas caprichosamente golpeaban su cabeza a su paso. Sería muy posible que saliese de allí con un gran cuerno de arena sobresaliendo de su cuero cabelludo.


  • ¡Au! esa era gorda, me van a terminar haciendo un agujero...


  • Joder qué calor...


  • ...qué hambre...


  • ...y qué cansancio de andar...


  • Pero si tú no andas nada pedazo de vago


  • Era una ironía...


  • Tsérof y sus irontseradas.


  • Blue y sus gilipolleces.


  • Chicos, calma que aún queda mucho camino...



Según iban avanzando la presión y el calor se hacían cada vez más insoportables. Llevaban varias horas andando, posiblemente días pero en aquel lugar el espacio-tiempo dejaba de existir para dar paso al casancio y la incertidumbre.

  • No se si Ayle podrá aguantar mucho más.


  • ¡Dale caña nena!


  • La cosa no está para bromas Blue. Yo personalmente quiero llegar con un cuerpo, a ser posible en un estado decente en el que poder residir durante la estancia.


  • Yo personalmente le he cogido ya mucho cariño a este cuerpo...


  • Tsérof, esas manos.


  • ¡Estrecha! Sniff sniff...


  • Gilipollas.


  • ¿Pero a éste qué le habéis dado?


  • Nada, debe ser el estar demasiado tiempo hablando con los árboles...ya sabes lo que dicen...eso de que...


  • ¡Que te estoy oyendo!



Ayle cayó rendida en el suelo. ¿Qué le puedes pedir a un cuerpo humano cuando llevas alimentándolo casi tres días a base de agua caliente y manzanas?


  • Deberíamos parar a descansar un poco.


  • Creo que aquí ya se ha tomado la decisión.


  • ¿No me digas?


  • Bah, Zúrie, pásame una manzana del macuto, por favor.


  • ¿El qué?


  • No...


  • Si.


  • ¡JODER! ¿quien ha sido?


  • Creo que Blue se comió la última hace unas 4 horas, cuando pasábamos por...


  • No me refería a eso...dios santo, huele a muerto, puag...


  • ¡Ni se te ocurra vomitar ahora!


  • Es el azufre, debemos estar a kilómetros de la superficie.


  • ¡Arrancadme la nariz!


  • Tsssssssssssss ¿habéis oido eso?


  • Oh mierda, no me apetece nada tener que cargarme ahora a una araña gigante, un murciélago gigante o esos bichos asquerosos y gigantes que habitan en las cuevas...

  • ¡Un Golbat salvaje apareció!

  • No estoy para bromas Blue...

Zúrie no podía evitar reir a carcajada limpia.


  • ¡Zúrie!


  • Si, si...ay...ya...ay...uf...


  • Mirad, allí en frente hay un recobeco, hay que ocultar a Ayle si queremos salir por su propio pie.


Rápidamente entre los tres arrastraron a Ayle hasta un pequeño cubículo. Era una pequeña entrada sellada con una puertecita de acero llena de garabatos en algún lenguaje antiguo...o algo así.

  • Tenemos que llegar como sea...



viernes, 19 de febrero de 2010

47º 35' 68''


Desde los acantilados de Calisto...

- Creo vislumbrar la ciudadela a lo lejos...¿es posible que...? ¿Tú qué dices Ziën?
- Yo solo veo negro en más negro, oscuridad sobre sombras proyectadas por la noche sin luna...
- Vale, no sigas, ya conozco tus discursitos.
- No veo nada, no veo Aina y nunca la veré, ¡nunca la veremos! por mucho que te arruines comprando lupas para el telescopio y te pases las noches apuntando coordenadas en tus sucios cuadernos...¡Blue! ¿me estás escuchando? ¡ríndete de una maldita vez y vámonos a casa!
- A casa...
- Si a casa, a Ayleszury, a nuestro apartamento, debe estar lleno de polvo, desde que no pisamos por allí...
-Unos meses...no más...
-"Unos meses no más" (repite haciendo burla) estoy harto de tu cabezonería y tus sueños imposibles, pero esta vez no, no me voy sin ti.
- Pero parece...mira, 47º 35' 68'' cerca de Miranda, a la izquiera de Ariel...
-Mira yo lo único que veo son un montón de puntitos con formas raras y lo que parece ¿Neptuno?
-...Urano...
-Urano, Neptuno...¿qué más da? vámonos a casa.
- ...
- Venga, recoge todo esto y vámonos.
-...
-¿Blue? ¿me estás oyendo?
-...me...me está hablando...
- ¿qué?
- que me está hablando...¡Alcánzame ese papel y ese lápid! ¡rápido!
Ziën coge el material.
-¿¡Pero estás chalada?! ¿te está hablando una estrella? ya es el colmo, ¿ves normal que tengamos que aguantar siempre tus bobadas de niña pequeña?...qué será lo siguiente...te...

Blue, nada más terminar de escribir, muestra el papel a su hermano. Está lleno de garabatos rápido e incomprensibles...parece cirílico...Blue comienza a recitar:

-Φαίνεται σαν οι θεοί,
ότι άνθρωπος καθισμένος απέναντι από εσάς,
από την πλευρά σας,
ακούω υπέροχη γλυκιά φωνή σας και σας γελάσω ...
Έχει μετατραπεί η καρδιά στο στήθος,
Κοιτάζω μόνο και μόνο επειδή δεν μπορώ να μιλήσω.
αλλά η γλώσσα μου είναι κατεψυγμένα,
φως φωτιά τρέχει κάτω από το δέρμα μου
τίποτα δεν μπορεί να δει τα μάτια μου,
Αυτιά μου ήταν κλήσης,

-Blue! qué cojones?...

ιδρώτας με καλύπτει,
Έχω όλα τρόμος,
Είμαι χλωμότερα από χόρτο
και νομίζω ότι είμαι κοντά στο θάνατο
Και όμως, θέλω να πεθάνω στην αγκαλιά σου....
είστε Aina μου, είσαι το όνειρό μου, είσαι το σπίτι μου.


-¿Se puede saber qué es todo eso?
- ...
-¿y bien?
-...dice...Me parece semejante a los dioses,
ese hombre que sentado frente a ti,
a tu lado,
escucha tu dulce voz y tu risa adorable...

Me ha dado un vuelco el corazón dentro del pecho,
apenas te miro, ya no me es posible hablar.
sino que mi lengua se hiela,
un leve fuego me corre bajo la piel
nada pueden ver mis ojos,
me zumban los oidos,
me cubre el sudor,
un temblor me posee toda,
me siento más pálida que la hierba
y me parece que estoy cerca de morir,
y aún así, quiero morir entre tus brazos...
tú eres mi Aina, tú eres mi sueño, tú eres mi hogar...
-Ah...
-...como no...
-¿qué?
-...no me he dado cuenta antes...
-¿de qué estas hablando? ¿quien ha dicho todo eso?
- Yo, es decir...yo he dicho eso...a través de ella...tú...soy yo...somos nosotros...Ayle...
- Ehm...no...
-...está aquí, en el corazón de Ayle, en el mío y en el tuyo...Aina...
-Estás insinuando que...
- (asiente)
-Jajajajajajaja vamos Blue tienes que dormir...esta niña...qué cosas tiene...vámonos...
-¿Por qué no quieres verlo? ¿por qué te niegas a ello? lo tienes ante tus narices, !lo tienes en tí! en nosotros, está aquí dentro...¡y tú lo sabías! ¿por qué no me dejabas verlo? ¡¿por qué?!
- Porque si se iba o le dejabas marchar...sabrías que habrías perdido todo, tus sueños, que todo tu camino habría sido en valde...que ya no encontrarías Aina jamás...cuando ya lo has encontrado sin saberlo...y habrías acabado igual que yo...
-Pero yo...yo...Ziën
-Tú la amas, yo la sufro...
-Ziën...
-Bien, ya lo sabes...no la dejes marchar...yo vuelvo a Ayleszury, alguien tiene que limpiar un poco el polvo...tú quédate en Aina...y no caigas en el mismo error que yo...adios Blue.

Besa a su hermana tiernamente en la frente y se marcha una vez más.

-...Ziën...entonces...ya no necesitaré esto (ofreciéndole el telescopio)
-Quédatelo...así podrás mirar en las noches frías y buscarme...si es que me necesitas...solo tienes que mirar hacia el cielo...como haces siempre...


"Tú eres mi Aina, tú eres mi sueño, tú eres mi hogar"

martes, 16 de febrero de 2010

Burning Witches






Reposaba Ayle entre las camomilas escarchadas por la nieve de sus pensamientos mientras Blue vagaba sin rumbo más allá de las hojas del anciano árbol donde se recostaba. Hacía un rato que no soplaba el viento, hacía...eones que no soplaba el viento. Seguramente habría muerto aplastado por su propia cordura o se habría ido a soplar a cualquier oido ajeno esas palabras enreversadas y sin pies ni cabeza que tantas veces había conseguido dar sentido.

El viento había estado contaminado y corrompido durante todo este tiempo. Los susurros que le habían animado a tomar ese camino habían estado nublados por una voz extraña, la voz que controlaba a todos menos a ella...sus oidos no captaban nada más que aquello a lo que los de ahí abajo llamaban música. Se sentía mal, triste por no poder oir aquella voz a la que todos veneraban, aquella voz que movía tierra y aire...tardó mucho en darse cuenta que tan solo era eso, una voz, una jodida voz que pronto se encargaría de callar de una patada en la boca.

- Ayle...Ayle mueve el culo! joder un día de estos me voy a largar para no volver y te vas a quedar ahí como el pedazo de carne innerte que eres!

- Vete a dar un paseo y déjame en paz, en paz...no quiero pensar, no quiero preocuparme de nada aunque sea durante un par de minutos...

-Ahí te quedas, me voy a Azra a arrancar tallos verdes recién plantados y a quemar brujas como...

Ayle rió sin querer con el poco plasma que quedaba en su centro antes de quedarse como lo que era...un pedazo de carne innerte...

No tardó mucho en llegar, Azra era un lugar, eso era, una porción de espacio perdido en la nada y rodeado de un vacío eterno, casi costaba respirar más ya no le suponía un problema pues no tenía que cargar con el estúpido cuerpo y sus estúpidos órganos degenerativos.

Su rostro era sumamente neutral, no la delataba como nunca lo había hecho, había tenido algunos momentos de debilidad, mas cuando parecía haberse dado por vencida, había caminado, y la luna sobre sus hombros, pequeñas gotas aladas se desacían en pedazos al contacto con la realidad gracias al simple proceso de condensación (¿De donde venía esa maldita niebla?) Miró hacia arriba y vio el infierno, y no dudó un segundo en bajar (más bien subir) y tomar en su mano cualquier alma de las que purulaban por el Hades como solía hacer para entablar conversación y evadirse, pero esta vez no escogió un alma cualquiera, había subido al mismisimo infierno para dejar las cosas claras.

-¡Arriba esos puños!
-¿Pero qué cojones?
-¡Vamos!
-Pero...
-¡Venga hostias! no he venido hasta aquí para nada, vas a arder de verdad y fíjate, no te va a hacer falta pasear más por el quinque inferno...
-¡Brujas! ¡Brujas!
-Bruja tu puta madre, ahora verás...
-¡Bruj...!*
-¡A tomar por culo tú, tu puto viento cálido y tus gilichorreces sobre la teoría de la "musica"! o como tu lo llamas...fortune and fame...Arde!!!

Y todo ardió, se quemó y quedó en el olvido...más el olor a chamusquina se quedó impregnado en su alma para que no olvidase por qué encendió esa cerilla...

Al rato bajó de nuevo para quedarse toda la noche velando sobre el cuerpo yaciente de Ayle.

"Cuando era joven, tenía sueños. Como todos, claro. Pero los míos casi los pude rozar. Primero soñaba con llegar lejos tocando la guitarra. Se me daba bien. Me hicieron dejarlo, lo "dejé" en cierto modo, pero ahora tengo muchos años para aprender a tocar los cojones".

lunes, 1 de febrero de 2010

White Room - Noite Meiga


Cuatro cuerdas sonaban empapelando la estancia, cuatro cuerdas acompañadas del calor seco y frío del fuego. Podría haberme pasado horas mirándo a ese espejo llameante mientras consumía otro de tantos libros. Leía al ritmo de la música que golpeaba en mi cabeza una y otra vez, y, por un instante, me transladaba a un lugar maravilloso, un lugar de esos que se describen en los cuentos y que solo existen en el corazón perdido de la selva amazónica.

Flores de colores brillantes colgaban de los árboles que cambatían entre ellos por crecer más y más. El aire húmedo y cargado mareaba, el agua caía gota a gota a través de las hojas y el sol apenas era visible entre la vegetación. A lo lejos se vislumbraba un claro muy amplio donde de forma cortante a la vista, el paisaje se tornaba azulón y fresco. Grandes robles se repartían a su gusto por el llano suelo esmeralda que reflejaba el celeste y donde tantas veces había jugado durante aquellos años en los que...ese lugar me resultaba demasiado familiar...sin duda...

Me dispuse a avanzar hacia el lugar en sí cuando de nuevo las ardientes plumas de fénix que calentaban la sala me extrageron de mi apasionante lectura.

Sin saber por qué, en un impulso tomé con fuerza el libro, procurando dejarlo abierto por la página por donde iba y lo arrojé a las llamas. Prendió en el instante y tras él, mi mano se introdujo sola, a pesar de que mi mente hacía lo posible por impedirlo, a pasar de página para comprobar si finalmente llegaba a ese lugar...

De pronto ambos, libro y lectora, desaparecieron en una llamarada azul.

Entonces es cuando sentí ese aire húmedo y cargado sobre mis sienes, esa mezcla de aroma a rosas, saúco, hinojo, torvisco y demás flores, el calor de una inmensa hoguera que se alzaba ante mi...y los altos robles de una de las infinitas colinas de Ulhä.

La sala quedó vacía y fría, más las cuerdas del roto violín siguieron sonando, esperando su regreso.

viernes, 8 de enero de 2010

Cuentos


Despertó recostada sobre la áspera corteza del árbol, pequeños trazos de luz ya asomaban por la línea del horizonte apuñalando las nubes rosadas que se desvestían en la noche. Mientras se disipaba la neblina purpúrea, se escuchaba al árbol entonar.

Alzó la vista y pudo distinguir a un pequeño ser entre las verdes hojas. Música en mano, voz en boca y ojos de almizcle. Encinè, trovador de ciudad, con su flauta sonsoneaba su lamento y su quejido...

Oh...Oh..oh...oh..
oh...oh...oh...

Había un tiempo,
tiempo de leyendas,
Lejanas tierras ideadas…
Luchaban héroes, rescataban princesas
bajo su atenta mirada…

Contando cuentos del bosque
pasa la vida el triste juglar,
bailando duendes en la noche,
cuentan historias para recordar.

El tiempo las olvidó,
ya no hay sueños,
ni heroes, ni doncellas…
Pequeñas sombras escondidas
Que vigilan el cielo y la tierra.

Contando cuentos chinos
pasa la vida el señor,
moviendo marionetas desde su porche
echa las cuentas, recaudador.

El tiempo las olvidó,
ya no hay sueños,
ni heroes, ni doncellas…
Pequeñas sombras escondidas
Que vigilan el cielo y la tierra.

En un arranque sobre nuestras penas
nos enseñó a quemar las sombras,
nos contó de su buena época,
toda batalla perdida en la historia
ganada en la vida, soñada en la memoria.

Contando cuentos del bosque
pasa la vida el triste juglar,
bailando duendes en la noche,
cuentan historias para recordar.

Tras su cántiga descendió de lo alto para mostrarse frente a la jóven:

- Ya sabes, cuentos... ;3

De pronto una espada bañada en fuego azul cayó rozando su tenue pelo para caer a sus pies. El fuego se enredó en su pierna trepando a la desesperada. Intentó aullentarlo como si de un mal bicho se tratase hasta que Èncine lo pronunció: "Us'dum'nilè" y el fuego se tornó de un rojo intenso que se fue apagando hasta desaparecer por completo sin dejar rastro alguno.

- Ha empezado.¡Corre!

lunes, 4 de enero de 2010

Ulhä




Regresaba a casa, a su casa, a Ulhä...cada anochecer, para coger el sueño a través de sus mágicas sombras.

Tras andar durante todo el día dejó que la fuerza de la gravedad hiciese su labor a los pies de un tricentenario roble en medio de una de las purpúreas colinas del lugar. La noche comenzaba a teñir el techo del mundo mientras el viento cálido marchaba hasta la próspera mañana.

"Tal como vine, marcho a donde el lucero del alba me guie con su luz y calor, alla donde las estrellas no tienen cabida en el celeste"

La joven se recostó bajo la manta de estrellas, le dolía todo el cuerpo, amagullado, agotado tras un largo día de hacer un poco de nada por aquí y por allá.

"Yo arropare tus noches, y te proporcionare mi compañía, no menosprecies mis palabras ni tan siquiera mi grata compañía pues algun día oirás mi voz alejandose entre las tinieblas mientras ardes bajo el lucero."

En un instante se había cerrado del universo dejando volar su tortuosa mente. Solo pasaron unas horas, unos minutos, segundos...tan solo un instante quizas...cuando una dulce y alegre melodía hizo desaparecer la gracia de Morfeo.

Las hojas del viejo roble, las pocas que quedaban en lo más alto se movían alegremente al compas de aquella melodía a la desesperada de caer y servir de manto a la tierra que entre susurros las reclamaba.

La luna brillaba esa noche quizás como nunca había brillado, aquella luz intensa, cercano a un violeta profundo que solo los ojos de aquel que mirase con el corazón dormido podría percibir.

De nuevo sus tristes ópalos casi sellados se vieron interrumpidos por la alegre melodía pero antes de que pudiera hacer o decir palabra, frente a ella allí estaba, esos ojos violetas, mas oscuros y resplandecientes que la noche, ese cabello dorado arrancado de los mismisimos campos de trigo de Medea...allí estaba mirándola fijamente, clavando sus ojos en su corazón y haciendo vibrar su sangre manchada por sus venas.

-...aah...

- Shhh, ven. - dijo profanando los labios mas finos y rojos que jamás habia visto.

El muchacho de ojos morados cogió su mano y señaló la luna para que aquella voz dormida la mirase, aprendiese a amarla pues a partir de ahora iba a ser su única manta y refugio en su largo camino.

Comenzó a cantar...y antes de darse cuenta los 2 acababan de aparecer en lo que parecia una pequeña aldea. Una cálida hoguera reconfortaba el ambiente, mientras muejeres, hombres y niños iban de un lugar para otro. Unos cocinaban, otros se dedicaban a mirar...mientras sonaba aquella melodía y unos niños bailaban su desconcertante son bajo la luna violeta.

El jóven tiró de su brazo dolorido de cargar a su pálido compañero, que por cierto, ¿dónde estaba? le había dejado recostado y se había olvidado de él por completo...la estaba llamando pero ella tan sólo tenía oidos para aquella endemoniada melodía.

Tenía una extraña sensación, ya nada importaba, estaba rodeada de todo y nada, al socorro de una hoguera que calentaría hasta los carámbanos que tenía por manos y que su compañero se veía obligado a soportar. Estaba hipnotizada por la luz de aquella luna que no volvería a segar el celeste en mucho tiempo...y sus ojos se cruzaron en un haz de fuego provocado por el viento que azotaba la hoguera, el muchacho no se movía, era una situación bastante incómoda, ninguno hacía o decía nada, mas ¿acaso había algo que decir o hacer? fue entonces cuando miró realmente por primera vez esos ojos purpuras y la vió.

-Ev...v...a...

El orígen de todo aquel sueño, de aquella misteriosa melodía estaba ahí mismo, encerrada en esos ojos, suplicando que la liberasen. El beso duró un segundo de la eternidad y solo en ese espacio de tiempo pudo sentirla, mirarla directamente sin temor ninguno y tirar de su pequeña mano hacia ella.

...y sus ojos cegarían la visión de los hombres como si fueran el sol; y su beso, al alcanzarse, se retorcería acuchillando como el beso del relámpago...

Una parte de aquella visión purpúrea se había quedado incrustada en su pupila azul dispuesta a acariciar el mundo dentro de su nuevo instrumento musical.

Abrió los ojos y frente a ella seguía aquel muchacho, su pelo y sus labios parecían apagados y su rostro se había tornado más maduro, sin embargo, sus ojos brillaban más que la luz de la luna aquella noche.

-Ella ya se ha ido...ahora, regresa Ayle...volveremos a vernos.

La besó en la frente y la arrojó sin previo aviso a la ardiente hoguera. Todo ardió a su alrededor entre una nube de polvo morado.


domingo, 3 de enero de 2010

Welcome to...ò Zurie



"Lejos queda en estos instantes su pálido y mortal rostro... y demasiado remotas las nieves de su pecho letal como para que mis ojos puedan contemplarlos...

Pero hay veces en que me llega su susurro, como un helado viento de ultratumba, debilitado después de atravesar los golfos que separan a los mundos, y que ha surgido sobre los últimos horizontes de desiertos rodeados de hielo.
Y me habla en un idioma que nunca he oído, pero que siempre he conocido; y me habla de cosas mortales y de cosas maravillosas, fuera del alcance de los deseos estáticos del amor.
Su relato no es sobre algo bueno o malo, ni sobre nada que pueda ser deseado o concebido o pensado por las termitas de la tierra; y el aire que respira, y la tierra por donde anda errante, estallarían como el frío cortante del espacio sideral; y sus ojos cegarían la visión de los hombres como si fueran el sol; y su beso, al alcanzarse, se retorcería acuchillando como el beso del relámpago.

Pero al oír su susurro lejano, me imagino una visión de vastas auroras, sobre continentes más grandes que el mundo, y mares demasiado extensos para las quillas de las empresas humanas.
Y a veces balbuceo los lazos extraños que nos trae, si bien nadie los recibirá con agrado, y nadie creerá en ellos, o los escuchará. Y en algún amanecer de los años desesperados, me adelantaré y seguiré hasta donde me llama, para buscar el beatífico nado de sus distancias nevadas, para perecer entre sus inescrutables horizontes..."

Tras aterrizar de nuevo en el mundo frío y tactible de su cama, se levantó, tomó, con la delicadeza que le permitían sus dedos helados, a Warlock, sustento en la esquina de la puerta de la lúgubre sala, cuatro rugosas paredes tan solo iluminadas por la llama de una velita estratégicamente colocada sobre la mesa dejándo ver asi las fantásticas formas dejadas por el humo de una barrita de incienso casi consumida, y salió al tejadillo del edificio.
Allí estaban, Maren, Zurie y Kone, las tres lunas que iluminaban los callejones de la húmeda Ayleszury, ciudad de calles tintadas de rojo y turquesa, de estructuras metálicas lindadas entre sí sobre las que se alzaba la mirada del silencio, solo más alla de los extensos ventanales de los edificios se podrían vislumbrar las inmensas colinas púrpuras de Ulhä...los extensos campos de camomilas dónde tantas veces se tumbaba dejando vagar a su mente durante unas décimas de segundo para pasado ese tiempo el olor a madera quemada la hiciese volver...tras acariciar su pálida y fría piel de agathis, cargó a Warlock a su espalda y su mirada se iluminó con el azul intenso de Zurie.

- Es hora de pasar a la acción.